Está demostrado que lo primero que se mira en un CV es la fotografía. Nos guste o no, para la mayoría de los trabajos la imagen es fundamental. Los seleccionadores tienen tantos CV que ver que sólo los leen por encima, pero sí miran siempre la fotografía y la actitud que se transmite en la misma. La primera impresión es la que cuenta, y nunca tendrás una segunda oportunidad de causar una primera buena impresión.
Por estas razones, si te has gastado años de tu vida y miles de euros en tu formación, es absurdo que luego pongas en tu CV una foto del “foto-matón” (porque las fotos para documentos oficiales son siempre de frente y con un fondo blanco que no favorece nada) o una foto casera cualquiera, porque puedes echar a perder todo en un momento.
Sin embargo con una buena fotografía (hecha sin las limitaciones formales y técnicas de las fotos de carnet, y por tanto pudiendo elegirse el perfil que más favorezca, o el vestuario y la expresión más personal), que sea ACTUAL, que muestre TU MEJOR VERSIÓN, que transmita una buena ACTITUD y una buena IMAGEN, es muchísimo más fácil que pases la primera selección, y que aumentes tus posibilidades de ser seleccionado.